Indicadores de bienestar para evaluar el bienestar de perros alojados en un refugio.
El bienestar animal es parte de las percepciones subjetivas del individuo, y por tanto no puede ser determinado directamente, pero es posible trabajar sobre él y reconocerlo mediante métodos científicos.
Su estimación no será directa, sino deducida de la ausencia de indicadores de malestar, sufrimiento, o enfermedades.
Un buen marco de referencia para considerar el bienestar del animal son las “cinco libertades”.
Este concepto fue desarrollado inicialmente por el organismo asesor del Reino Unido en animales de granja, el Consejo para el Bienestar de Animales de Granja (FAWC – Farm Animal Welfare Council) y ha sido usado para formar la base para la evaluación del bienestar animal en situaciones de confinamiento.
El marco de referencia señala cinco “libertades” que son consideradas esenciales para un buen bienestar:
Las «cinco libertades» mundialmente reconocidas (vivir libre de hambre, de sed y de desnutrición – libre de temor y de angustia – libre de molestias físicas y térmicas – libre de dolor lesión y de enfermedad, – libre de manifestar un comportamiento natural) son pautas que deben regir el bienestar de los animales.
El término «bienestar» designa, en sentido lato, los numerosos elementos que contribuyen a la calidad de vida de un animal, incluidos los que constituyen las «cinco libertades» arriba enumeradas.
Algunas medidas de bienestar de los animales comprenden la evaluación del grado de deterioro de las funciones asociado a una lesión, una enfermedad o a la desnutrición.
Otras medidas informan sobre las necesidades de los animales y sobre su estado de humor, indicando si tienen hambre, dolor o miedo gracias a la medición de la intensidad de sus preferencias, incentivos y aversiones.
Otras evalúan los cambios o efectos que a nivel fisiológico, de comportamiento e inmunológico manifiestan los animales frente a distintos retos.
Un animal experimenta un buen bienestar si está sano, cómodo, bien alimentado, en seguridad, y si no padece sensaciones desagradables como dolor, miedo o desasosiego y es capaz de expresar comportamientos importantes para su estado de bienestar físico y mental.
Un buen bienestar animal requiere:
– Prevenir enfermedades.
– Cuidados veterinarios apropiados.
– Refugio.
– Manejo y nutrición.
– Un entorno estimulante y seguro
– Una manipulación correcta
– Sacrificio de manera humanitaria.
Enfermedad, sobre-población, conflictos sociales, alojamiento inadecuado y falta de ejercicio y estimulación son problemas comunes en refugios y si los perros son mantenidos por mucho tiempo, se pueden convertir en “institucionalizados” y difíciles para reubicar en un hogar.
Los animales introducidos en nuevos ambientes deberían pasar por un proceso de adaptación al clima local y ser capaces de adaptarse a las enfermedades, parásitos y nutrición del lugar.
Los aspectos ambientales, incluyendo las superficies (para caminar, descansar, etc.), deberían adaptarse a las especies y a las características psicológicas del individuo con el fin de minimizar los riesgos de heridas o de transmisión de enfermedades o parásitos a los animales.
Los aspectos ambientales deberán permitir un descanso confortable, movimientos seguros y cómodos incluyendo cambios en las posturas normales, así como permitir que los animales muestren un comportamiento natural.
El consentir el agrupamiento social de los animales favorece comportamientos sociales positivos y minimiza heridas, trastornos o miedo crónico.
Los animales deberán tener acceso a suficientes piensos y agua, acorde con su edad y necesidades, para mantener una sanidad y productividad normales y evitar hambre, sed, malnutrición o deshidratación prolongadas.
Las enfermedades y parásitos se deberán evitar y controlar, en la medida de lo posible, a través de buenas prácticas de manejo.
Los animales con problemas serios de sanidad deberán aislarse y tratarse de manera rápida o sacrificarse en condiciones adecuadas, en caso de que no sea viable un tratamiento o si tiene pocas posibilidades de recuperarse.
Cuando no se puedan evitar procedimientos dolorosos, el dolor deberá manejarse en la medida en que los métodos disponibles lo permitan.
El manejo de animales deberá promover una relación positiva entre los hombres y los animales y no causar heridas, pánico, miedo durable o estrés evitable.
Los cuidadores deberán contar con habilidades y conocimientos suficientes para garantizar que los animales se traten de acuerdo con estos principios.
Alimentación:
Ausencia de hambre crónica – Ausencia de sed crónica
( Datos observables/consecuencias : elasticidad pliegue cutáneo, problemas articulares, otros problemas médicos, rechazo al trabajo).
Acceso regular a agua fresca y una dieta apropiada nutricionalmente balanceada que mantendrá buena salud y vigor:
El acceso a la comida y el agua no debería estar impedido como resultado del diseño de los encierros, presentación o ubicación inapropiada de las estaciones de comida y agua, o agrupación social.
Se necesitan medidas apropiadas para prevenir que la comida y el agua se contaminen con orina, excrementos, desechos o limpiando los fluidos.
Alojamiento:
Confort en el descanso – Confort térmico – Facilidad de movimiento
( Datos observables/consecuencias: Espacio insuficiente, no facilidad de movimiento, coprofagia, vocalizaciones excesivas y conductas repetitivas, rechazo al trabajo, problemas de conductas ).
Provisión de un ambiente apropiado:
– Medidas en el lugar para asegurar comodidad térmica.
– Acceso al refugio para evitar el clima inclemente y la radiación solar.
– Diseño, construcción y mantenimiento de los encierros para que puedan ser confortables para los animales.
– Suministro y acceso a un área de descanso cómoda.
– Medidas para la reducción del ruido.
Sanidad:
Ausencia de lesiones – Ausencia de enfermedades – Ausencia de dolor causado por prácticas de manejo.
( Datos observables/consecuencias: Posturas, estado de la piel, acicalamientos, tos, problemas respiratorios, agresividad, cojeras, disminución umbral de agresividad, conductas de evitación, aumento estrés, aparición conductas agresivas, conductas repetitivas, vocalizaciones, disminución actividad y apetito, rechazo trabajo)
La ausencia de dolor y enfermedadson considerados losindicadores mas claros y directos del bienestar, ya que las enfermedades, heridas y daños físicos son las principales causas del sufrimiento animal.
El dolor no es siempre evidente y la utilización de criterios fisiológicos en su reconocimiento es prácticamente inviable, aparte de posibles situaciones de bloqueo del dolor extremo provocado por la liberación de hormonas como mecanismo de defensa o incluso la ocultación del mismo por el individuo.
El estrés.
Los albergues caninos son para cualquier animal una importante fuente de estrés, debido a las restricciones de movilidad, el aislamiento de sus congéneres o personas, la novedad del entorno, el ruido, o la incapacidad para predecir o controlar los acontecimientos que tienen lugar en el día a día.
A esto habría que añadir el estrés previo que ha tenido que soportar el animal justo antes de entrar en el albergue, protagonizado por el abandono, la perdida de lugares y personas conocidas, o bien el propio rechazo por sus dueños.
Este estrés sería el responsable del desarrollo de comportamientos anómalos en estos animales, tales como el exceso de acicalamiento, girar sobre sí mismo o la coprofagia, así como de cambios en la fisiología del animal.
Las intervenciones para evitar o disminuir dicho estrés en albergues, refugios o perreras, y mejorar por tanto el bienestar del animal, son variadas y han ido aumentando en los últimos años.
Uno de los principales correlatos fisiológicos de la respuesta de estrés es la activación del eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA) y una de las consecuencias de dicha activación es un aumento de los niveles de la hormona cortisol.
Diversos estudios evaluaron el funcionamiento de este eje para describir las alteraciones fisiológicas que se producen en los perros cuando son alojados en un refugio.
Estas alteraciones son estudiadas principalmente a través de medidas de cortisol en plasma, en orina, saliva o mediante una tasa de cortisol / creatinina (C/C).
Medidas preventivas viables para reducir la incidencia de accidentes:
– Encierros bien mantenidos, grupos sociales estables.
Medidas preventivas para la salud: buen cuidado veterinario preventivo y planes de salud:
– Vacunación, regímenes antihelmínticos, planes de esterilización, procedimientos apropiados de cría, zonas de cuarentena para animales recién llegados, preñados o lactantes, jóvenes, enfermos y heridos.
Diagnostico rápido y tratamiento de enfermedades y heridas:
– Empleados entrenados en el refugio, acceso a un veterinario, suficiente cantidad de empleados para llevar a cabo rigurosas rutinas de cría y observación de animales, métodos humanitarios de eutanasia realizados por personas adecuadamente calificadas.
Comportamiento:
Expresión del comportamiento social – Expresión de otras conductas – Buena relación humano-animal,
( Datos observables/consecuencias: problemas de conducta, reacción hacía los humanos con la observación de la aparición de estados de miedo, episodios de agresión ofensiva o defensiva)
Suministrar suficiente espacio:
– Adecuar espacios pare permitir la realización del comportamiento normal, las dimensiones mínimas de los encierros deben permitir a los animales acostarse, pararse, girar, saltar y libertad para ejecutar todo el rango normal de movimientos.
– Espacio suficiente y adecuado para ejercicio que pueda ser utilizado en intervalos regulares.
Provisión de instalaciones adecuadas:
- El diseño de los encierros no debería impedir el comportamiento de los animales.
– Instalaciones apropiadas para el enriquecimiento ambiental.
El enriquecimiento ambiental se define como la mejora del funcionamiento biológico de los animales sometidos a cautividad, como consecuencia de las modificaciones en el ambiente.
Otros autores han investigado el efecto de la incorporación de juguetes aunque la renovación resultó ser determinante para mantener el interés.
Otros elementos también han sido utilizados en un intento de propiciar un enriquecimiento ambiental, tales como cajas, muebles y plataformas, que sirvieran tanto de refugio como de elemento de descanso.
Por otra parte, la estimulación sensorial mediante estímulos auditivos y olfatorios también ha sido probada en varias especies con diferentes resultados.
En perros se ha demostrado que provoca el aumento del tiempo que están descansando en una perrera, y disminuye el que pasan ladrando.
En una reciente revisión, Wells expone las aproximaciones que diferentes autores han realizado al respecto, señalando los puntos débiles de dichas estrategias y sugiriendo aspectos en los que la ciencia debería profundizar.
Así, aunque considera que la introducción de la música clásica o country pueden tener potencial desde el punto de vista del enriquecimiento ambiental, argumenta que posiblemente sería más beneficioso para los animales que están en cautividad reducir el ruido ambiente, ya que éste puede provocar alteraciones reproductivas, cardiovasculares, elevaciones del nivel de cortisól, alterar los ritmos de sueño y vigilia, además de dificultar o imposibilitar la comunicación entre individuos sugiriendo que además podría influir en las personas que acuden a visitar a estos animales y a su decisión de adoptarlos.
De hecho, en un estudio sobre la preferencia de sonidos en primates, los animales elegían estar en silencio antes que cualquier tipo de música.
La estimulación olfativa también ha sido probada en los albergues caninos.
Graham y otros autores comprobaron que el uso de aceites esenciales de lavanda provocaba una disminución de la actividad en los perros, así como de sus ladridos, mientras que la hierbabuena y el romero la aumentaban.
Sin embargo, Wells opina que la introducción de olores que provocan un aumento de la agitación del animal puede hacer más daño que beneficio, ya que aunque es cierto que puede incrementar la actividad de animales que llevan tiempo cautivos, también puede provocar la aparición de problemas de comportamiento como las estereotipias.
Por otra parte, cabe señalar que dosis elevadas de lavanda tienen excesivos efectos sedativos, que no son deseables.
Compañía de animales de la misma clase y de los cuidadores humanos:
Los animales deberían tener oportunidades para socializar con su propia especie (en una cantidad razonable) y los humanos, como sea apropiado para el animal en particular.
De las distintas practicas utilizadas para mejorar el bienestar de los perros mantenidos en cautividad, el incremento de la actividad física y el contacto humano parecen ser las más efectivas.
De hecho, distintos autores sugieren que el contacto humano puede ser incluso más importante para los perros que el contacto con sus congéneres, o que el ambiente que lo rodea.
Ausencia de miedo general
(Causas: Manejo inconsistente, sistema de educación inadecuado, castigo mal aplicado).
Asegurar las condiciones que eviten el sufrimiento mental:
-Manejo apropiado y métodos de control para ser empleados por los funcionarios del albergue.
-Los animales deberían ser albergados en grupos sociales estables.
Hubrecht observó que al aumentar el contacto entre perros de laboratorio, éstos se mantenían más activos, dedicando mas tiempo a investigar el ambiente que les rodeaba.
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